¿No somos nada?

¡Que pequeñez! Somos tan pequeños en este pequeño mundo que cuelga de la cola de uno de los brazos de una pequeña galaxia, en algún pequeño rincón del Universo, que pensamos que individualmente es poco o nada lo que podemos hacer por mejorar nuestro entorno y calidad de vida. ¿Cómo podría hacer algo si sólo soy uno de 6,9 billones de seres humanos, en un pequeño país al final del mundo?

Lo bueno es que Tales de Mileto difería de este tipo de pensamiento. No sólo se le considera el primer filósofo sino el iniciador de la indagación racional, el inicio del pensamiento científico (y sin Wikipedia). Afortunadamente para nosotros, Pitágoras de Samos no se conformaba con ser uno más del montón y sentó las bases de las matemáticas al estudiar y clasificar los números y fundar la Escuela Pitagórica (y sin calculadora). Qué suerte que Demócrito pusiera en duda su pequeñez cuando escribió más de 70 obras sobre áreas del saber tan diversas como las matemáticas, la ética, la música entre otras (y sin PC). Y qué decir de los 200 tratados que escribió Aristóteles sobre lógica, metafísica, retórica, física, Astronomía y biología hace más de 2.300 años, los que aún hoy siguen siendo de gran influencia en las cátedras de las más prestigiosas universidades del mundo (y sin Word Office). Y Eratóstenes que para determinar la circunferencia polar, y el tamaño de la Tierra, inventó y empleó un método trigonométrico que le permitió, usando como medida de referencia el estadio egipcio (300 codos de 52,4 cm), una medición de 39.614,4 km (en la actualidad se sabe que mide 40.008 km) con un margen de error de menos de un 1%. Y no fue lo único que hizo. También fue matemático, astrónomo y geógrafo que creó un procedimiento para obtener todos los números primos menores que un número dado, conocido como la “Criba de Eratóstenes”. Actualmente la versión informática de este método se emplea para comparar y caracterizar la eficacia de diferentes lenguajes de programación. También midió la inclinación del eje terrestre con un error de sólo 7 pies ( 2,13 metros) de arco. Y sin ninguno de los artilugios mencionados anteriormente.

La historia está plagada de hombres y mujeres notables que hicieron mucho por mejorar nuestro mundo, con muchos menos recursos técnicos que nosotros, sólo sus mentes claras y sin restricciones auto-impuestas por el conformismo y el facilismo que tanto medra entre las mentes jóvenes y las no tanto.

Imaginen qué hubiesen hecho Tales de Mileto, Pitágoras, Demócrito, Aristóteles y Eratóstenes individualmente, si hubiesen contado con las herramientas que contamos nosotros en la actualidad. Ahora piensen que hubieran hecho si se hubiesen puesto a trabajar en conjunto para resolver los problemas que aquejan a la sociedad, ¿creen que pensarían que son demasiado insignificantes para poder hacer algo por nuestro mundo?

Individualmente no creemos ser insignificantes, estoy seguro, de lo contrario no haríamos públicos algunos aspectos de nuestras vidas a través de medios como éste. Todos creemos que podemos ser interesantes en alguna medida para los otros. Y tienen razón, todos somos seres interesantes, interesantísimos, pero sin propósito. ¿Por qué no hacer que nuestras vidas sean aún más interesantes siendo partícipes activos de las mejoras a nuestra calidad de vida y la de nuestros hijos, padres y amigos? Están las herramientas, los cerebros y los números nos favorecen, somos billones.

Deja un comentario